11 octubre, 2024

Un excelso LeBron se encomienda a Davis y ya toca con los dedos el anillo de campeón NBA

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Los Angeles Lakers se encuentran a un solo paso de romper una década de sequía en lo que anillos se refiere. Diez años de sinsabores que están a punto de quedar como un mal recuerdo si LeBron James (28+12+8) y Anthony Davis (22+9+4) consiguen hacer buena la ventaja que han cogido tras poner el 3-1 en las Finales al imponerse a los Miami Heat en el cuarto enfrentamiento de la serie por un apretado 96-102 en un choque decidido en el último minuto. Una victoria que deja a los angelinos a un paso de cumplir la misión que se habían encomendado tras la muerte de Kobe: cerrar la temporada más difícil de la historia en lo más alto de la NBA.

Y eso que al principio del choque todo eran buenas noticias para los de Florida. Bam Adebayo volvía al equipo y al quinteto titular y Butler parecía seguir en estado de gracia tras su partidazo en el tercer encuentro de las Finales. Encima LeBron no aparecía y volvía a mostrar su cara más errática con pérdidas de balón impensables para él. Sin embargo, los secundarios de los Lakers demostraron que también tienen puntos en sus manos y con Caldwell-Pope como estilete (8 puntos de los primeros 10 de su equipo) mantuvieron a los angelinos en el choque a base de triples. Un choque de ida y vuelta en el que los Caruso, Kuzma y compañía sostenían a los Lakers (22-27. min 12) ante unos Heat que volvían a exhibir su mentalidad coral como su mejor argumento.

El segundo parcial parecía ir por los mismos derroteros. Spoelstra ordenó a sus chicos minimizar el efecto Davis (apenas siete tiros en la primera mitad) con defensas de dos y tres contra uno, obligando a los angelinos a tirar desde fuera. Una buena solución para los de South Beach, ya que sus rivales fueron fallando los triples que sí habían metido en el primer acto. Tampoco los Heat, que salieron con un 11-2 de parcial en este periodo, parecían acertados de cara al aro rival. Especialmente Tyler Herro, del que se espera más anotación. Estos errores de ambos equipos equilibró el marcador y permitió a ambos conjuntos mantener las espadas en todo lo alto antes de irse a los vestuarios (47-49. min 24).

EL MOMENTO LEBRON

El choque era un canto a una defensa que provocaban numerosos fallos en ataque… hasta que apareció LeBron James. Tras una mala primera parte con ocho puntos en su cuenta, salió tras el descanso con el turbo pisado y anotó nueve puntos para intentar despegar a los Lakers (57-63. Min 30). Algo que no permitieron los Heat, que siguen empeñados en demostrar más carácter que nadie, agarrándose al choque pese a sus fallos en el tiro.

Ni los triples desde el logo de LeBron ni los tiros de Kuzma y Davis conseguían romper la resistencia de la muchachada de Florida, un equipo con una moral de piedra a prueba de cualquier martillo neumático (70-75, min 36).

En esas estaba el choque cuando se alzó el telón del último acto. Doce minutos que prometían intensidad, dureza y sufrimiento para cualquiera que quisiera llevarse el triunfo. No había espacio para las concesiones y aunque los Lakers parecían dispuestos a despegar en el marcador al comienzo del cuarto, todo volvió a su cauce mediado el parcial gracias a los puntos de Herro (78-81, min 41). Eran momentos delicados para los Lakers, que además apretaban el botón de pánico al ver a Davis en el suelo tras un golpe fortuito en la pierna de su compañero Caruso. Sólo fue un susto.Como el que les dio Duncan Robinson con un triplazo a tabla que devolvía a Miami al choque. Si es que alguna vez se había ido.

Quien no se iba a ir ya del choque era LeBron James. El alero está en mitad de una misión y no parece dispuesto a que nadie se la arruine. ‘El Rey’ asumió el mando anotador y con solo dos fallos en el tiro en la segunda mitad fue derribando las resistencias de Miami. Si no lo hacía en juego lo hacía desde el tiro libre forzando las faltas rivales con sus penetraciones. James compensaba el uno de nueve desde el triple en el último cuarto. De su mano salía el margen de unos Lakers que sobrevivían a cada cornada de los Heat hasta que a estos les faltó el aire. O hasta que apareció Anthony Davis. Como se quiera ver. El de Chicago hizo suyo el choque en el último minuto con un triple sobre la bocina y un taponazo que ponen a los angelinos a un solo paso del anillo más extraño y emotivo de su historia.

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