Criticado por decir que “el que viaja al exterior no es pobre”, Matías Kulfas intentó explicarse
Matías Kulfas salió al cruce de las críticas e intentó explicar la polémica frase con la que defendió la suspensión del financiamiento en cuotas de los viajes al exterior. “Que quede bien claro: no motiva la decisión estatal el ánimo de afectar a grupos particulares”, dijo el ministro de Desarrollo Productivo. Y sostuvo que cuidar los dólares es una “responsabilidad social”.
El funcionario había quedado este sábado en el centro de la polémica, tras respaldar la nueva política restrictiva del Banco Central por la que se prohibió a las tarjetas de crédito vender en cuotas pasajes y servicios al exterior.
“En general la gente que viaja al exterior no es pobre, seamos claros”, dijo en Radio Continental. Y llegaron la frase que le valió un fuerte rechazo. “El que se quiere ir al exterior se puede ir, no estamos impidiendo que la gente viaje, el que quiere ir que se lo pague, no vamos a estar estimulando con financiación barata que la gente viaje al exterior cuando acá no sobran dólares”.
Horas más tarde, Kulfas trató de explicar sus palabras con un extenso hilo de mensajes en Twitter, al que tituló “Cuidar los dólares de nuestra economía es un acto de responsabilidad social”.
“La gran mayoría de las crisis económicas argentinas se dio por la falta de dólares, que detonó devaluaciones y pérdida del poder adquisitivo de las mayorías. Por eso, la pregunta por a dónde van los dólares que produce nuestra economía es tan relevante”, comenzó el ministro.
Y pasó a la actualidad argentina, con una acusación tácita contra el gobierno de Mauricio Macri: “Esa característica histórica se ve hoy agravada por la deuda inédita con el FMI que nuestro gobierno no contrajo pero debe pagar. Ante este nivel de restricción, el Estado debe priorizar a dónde destina esos dólares escasos”.
Acto seguido, señaló al turismo al exterior como una “gran fuente de salida de dólares” en los últimos diez años.
“Hubo mucho más turismo de argentinos en el exterior que visitantes extranjeros en Argentina. Eso significó 23.500 millones de dólares menos para nuestra economía en 10 años”, expuso.
Y, para tratar de subsanar sus palabras anteriores y evitar nuevos conflictos, se encargó de remarcar el objetivo de su explicación. En ese sentido, aseguró que son “muy saludables” los deseos de los argentinos de mejorar su calidad de vida.
“Que quede bien claro: no motiva la decisión estatal el ánimo de afectar a grupos particulares. Son muy saludables las aspiraciones que nuestros ciudadanos tienen por mejorar la calidad de vida, más aún luego de años tan difíciles”, expresó Kulfas.
Después de destacar las estadísticas recientes de la economía nacional, indicó que la restricción a la compra de pasajes al exterior estuvo acompañada por una resolución que facilita “el acceso a divisas” para que la pequeña y mediana empresa pueda importar maquinarias.
“Para seguir por este camino de recuperación el Estado debe priorizar los dólares para importar insumos y máquinas que no se producen aquí y que son esenciales para que nuestras industrias crezcan y continúen creando nuevos puestos de trabajo”, indicó el ministro de Desarrollo Productivo.
“Cuidar los pocos dólares que dispone nuestra economía es un acto de responsabilidad social”, reiteró Kulfas.
También advirtió sobre los “riesgos de devaluación”.
“Sería irresponsable que el Estado financie una actividad que nos cuesta tantos dólares, sobre todo teniendo en cuenta que cuantos menos dólares tengamos, más riesgos hay de devaluación. Y, como vimos en 2018 y 2019, ya sabemos el impacto que ésta tiene sobre las familias”, dijo al respecto.
“Esperamos que el aumento de las exportaciones, las inversiones que hemos conseguido (y que continuaremos fomentando) y la llegada a buen puerto de las negociaciones con el FMI nos permitan continuar ordenando la macroeconomía y levantar esta medida”, completó Kulfas.
La suspensión y el rebusque
Matías Kulfas había defendido este sábado la medida del Banco Central con su cuestionada frase: “El que viaja al exterior no es pobre, el que quiera ir que se lo pague”.
Lo hizo en medio de la sorpresa, el enojo y la desorientación que provocó la medida anunciada el jueves.
La comunicación que difundió el BCRA prohíbe a las “entidades financieras y no financieras emisoras de tarjetas de crédito financiar en cuotas las compras efectuadas mediante tarjetas de crédito de sus clientes –personas humanas y jurídicas– de pasajes al exterior y demás servicios turísticos en el exterior”.
Están alcanzadas las compras “realizadas en forma directa con el prestador del servicio o indirecta, a través de agencia de viajes y/o turismo, plataformas web u otros intermediarios”, de acuerdo a la letra oficial.
Voceros del organismo indicaron que los interesados pueden seguir comprando pasajes o servicios turísticos. Pero que ahora el financiamiento surgirá de la tasa de interés que cobre la tarjeta por la parte de los gastos que no se pague al vencimiento.
En este caso, según un relevamiento de Clarín, la tasa nominal anual es del 42% hasta $200.000. Superado ese número, las entidades financieras pueden aplicar una tasa diferencial de un 25% más de la tasa de créditos personales.
También dijeron que se puede sacar un préstamo personal, con cuotas y tasas establecidas, y con ese monto saldar en un solo pago la compra del pasaje. Las tasas promedian un 78% anual, aunque pueden conseguirse por un porcentaje menor en algunas fintech.
Otro camino sería acceder a los Créditos a Tasa Cero de AFIP para monotributistas, una medida implementada para paliar los efectos económicos de la cuarentena por coronavirus y que sigue vigente en la página web de la AFIP.
El nuevo cepo al turismo generó un fuerte rechazo en las agencias de viaje y en las aerolíneas, que expresaron su “desconcierto, preocupación y repudio” por la imprevista medida del Banco Central.