Kicillof vs. La Cámpora: El Presupuesto expone la interna.
La tensión política en la Provincia de Buenos Aires se intensifica. El gobernador Axel Kicillof se prepara para un enfrentamiento crucial con La Cámpora durante el debate presupuestario. Paralelamente, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF) se distancia de la agrupación liderada por Cristina Kirchner. Fuentes del gabinete bonaerense sugieren que la votación de la “ley de leyes” constituirá la prueba determinante para discernir quiénes permanecerán dentro del oficialismo y quiénes asumirán una postura de oposición interna.
El Gobierno bonaerense aspira a la aprobación del Presupuesto, el endeudamiento y la Ley Fiscal Impositiva, aunque el ambiente de unidad en el peronismo se encuentra en su punto más vulnerable. En La Plata, los colaboradores de Kicillof confían en la mediación del Frente Renovador, destacando su habilidad para “lograr consensos” y prevenir una fractura total de la coalición. No obstante, las trabas legislativas impuestas por sectores camporistas en la negociación previa mantienen una alerta constante.
La presentación formal del proyecto, efectuada en el Salón Dorado de la Gobernación, evidenció la convivencia forzada entre kicillofistas y dirigentes de La Cámpora. A pesar de compartir el mismo espacio, la divergencia política fue manifiesta. La ausencia de aplausos y la frialdad de los gestos reflejaron el estado de una relación deteriorada que, según admiten ambas partes, “subsiste únicamente por conveniencia”.
En este contexto, el MDF busca consolidarse como un espacio con identidad propia dentro del peronismo bonaerense. Sus referentes aseguran que respaldarán “todo aquello que beneficie a los bonaerenses”, pero descartan un apoyo incondicional al Gobernador si sus demandas no son consideradas en la asignación de fondos.
Presupuesto, poder y una interna implacable.
La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, expresó claramente el descontento camporista al señalar la falta de información sobre el Fondo de Fortalecimiento Municipal. “Existen cifras para otros rubros, pero no para los municipios”, declaró, ilustrando la tensión que permea la negociación. Para los allegados a Kicillof, esta declaración simboliza el habitual tira y afloja, donde cada facción procura imponer sus prioridades antes de alcanzar un acuerdo.
El trasfondo de esta disputa trasciende las cifras. Después de la derrota electoral del 26 de octubre, el peronismo bonaerense ha entrado en una fase de cruciales definiciones internas. Cristina Kirchner y Axel Kicillof se disputan actualmente la dirección efectiva del espacio, mientras intendentes y legisladores evalúan hasta qué punto pueden alinearse sin perder autonomía. En la Gobernación reconocen que la relación con el cristinismo “está quebrada”, pero admiten que continuarán compartiendo el mismo marco político.
La carta pública de Cristina Kirchner, en la que responsabilizó al Gobernador por la derrota nacional, exacerbó las tensiones. Pese a ello, Kicillof instruyó a sus ministros y jefes comunales a no responder públicamente para evitar “una interna abierta”. Sin embargo, los sectores más intransigentes del MDF demandan gestos políticos inequívocos que demuestren la independencia del mandatario frente a su antigua mentora.
Mientras tanto, Máximo Kirchner persiste en cuestionar la estrategia electoral del oficialismo bonaerense y mantiene vigente el debate sobre el desdoblamiento electoral, una cuestión que en La Plata se considera zanjada. Las declaraciones cruzadas y las acusaciones extraoficiales mantienen un clima de ebullición.
“Axel necesita obtener el endeudamiento; de lo contrario, su gestión se verá comprometida. Y para ello, requiere el apoyo del peronismo”, resumió un funcionario provincial, revelando la urgencia política que afronta el Gobernador.


